domingo, 31 de mayo de 2009

Pentecostés

El día de Pentecostés celebramos la Fiesta del Espíritu Santo. Por dos motivos: en primer lugar, según la tradición, el día de esta fiesta judía vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles. En segundo lugar, supone la culminación de la Pascua con la entrega del don supremo de Jesús, su Espíritu. Y es precisamente este día con el que finaliza el tiempo litúrgico de Pascua.

El Espíritu Santo es esa fuerza de Dios que hace ponerse en pie a la Iglesia para predicar con valentía y coraje que Cristo está vivo y sigue teniendo un mensaje para el hombre de cada época. ¿Y cómo podríamos definir al Espíritu Santo? Ufff, eso es una tarea complicada, porque el Espíritu es tantas cosas.

Los símbolos que lo identifican nos pueden ayudar:
  • El viento, da idea de energía, de fuerza, de libertad, de plenitud, de vida.
  • El fuego, da idea de luz, de calor, de ardor, de amor, de abrazo, de purificación.
  • El agua, da idea de limpieza, de fecundidad, de satisfacción, de pureza, de frescor.
  • La paloma, es quizás la más conocida. Pudiera venir por ser una de las imágenes en que se aparece el Espíritu en diferentes momentos de la vida de Jesús, según los evangelios. Por ejemplo en su bautismo.
  • El aceite, que hace que todo funcione, que da la idea de rejuvenecimiento en cuanto que pone en marcha lo oxidado.

El Espíritu es Dios dentro de nosotros mismos. Pero también es ese gran desconocido. Sabemos mucho del Padre y del Hijo pero, ¿y del Espíritu? Descubramos a esta tercera persona divina que es la que nos alienta y nos abre a la fe.

lunes, 25 de mayo de 2009

Convivencia de catequistas 2009

Como todos los años, los catequistas de la Parroquia cerramos el curso con un día de convivencia fuera de Carmona. Este año, los planes se han visto alterados por la meteorología, ya que teníamos pensado pasar este día de convivencia en la playa de Matalascañas. Pero como ante el tiempo no hay nada que hacer… decidimos modificar el programa.

Comenzamos con una visita a la ermita de Nuestra Señora de Setefilla, en Lora del Río, y a la Presa de José Torán. Disfrutamos enormemente de las preciosas vistas que ambos lugares ofrecen, relajamos el espíritu, contactamos con la Naturaleza y nos maravillamos con la obra de Dios. Fue un auténtico deleite que nos hizo olvidarnos por completo de la playa y del cambio de planes.

Continuamos con la Eucaristía en la Parroquia de Guadajoz. Fue un momento íntimo para dar gracias a Dios por este curso. Una eucaristía sin reloj, es decir, sin prisas, vivida con toda intensidad, donde todos participamos activa y emocionalmente de un encuentro donde fuimos capaces de sacar todas esas emociones que hemos llevado dentro durante este curso.

Culminamos el día con una suculenta comida en un asador de la localidad de Los Rosales. En el porche del restaurante, con un servicio inmejorable, la distensión llegó al clímax mientras saboreábamos una suculenta morcilla de Burgos, un chorizo a la brasa, un pastel de berenjenas y, por supuesto, diversos platos de carne a la brasa, todo ello regado por un suave rioja.

Pero, sin lugar a dudas, lo mejor de todo fue la convivencia, el conocernos mejor, las confidencias, la unión. Todos volvimos encantados, lamentando el que muchos no pudieran asistir, pero confiando que poco a poco, el grupo de catequistas vaya aumentando en número y en comunión.